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Su situación estratégica, dentro de la ciudad consolidada, impulsa su vocación de centralidad y valida su concepción como extensión de los hospitales Civil y Materno Infantil, situados al este y al norte respectivamente, generando un régimen funcional basado en las sinergias.
El proyecto plantea un único edificio con un gran basamento de cuatro alturas, destinado a hospital de día, consultas externas, urgencias y bloque quirúrgico, sobre el que se apoya un gran volumen de seis plantas donde se sitúan las unidades de hospitalización articuladas en tres brazos perpendiculares al eje principal del edificio. La planta diáfana situada sobre el zócalo se convierte en el espacio de esparcimiento del complejo y favorece la realización de actividades de rehabilitación al aire libre. El sólido diseño de las fachadas remarca una imagen institucional que contrasta con la vitalidad y el ambiente colorista de la planta baja, organizada por una serie de patios con vegetación. La envolvente se resuelve con una doble fachada, compuesta por un muro cortina y un sistema modular que combina paneles de malla metálica microperforada con piezas de piedra caliza.
