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Creada a base de entrantes y salientes, de elementos angulados y oblicuos, de luz y sombra, esta arquitectura moderna consigue un equilibrio compositivo altamente expresivo. El proyecto es fruto de la colaboración entre los estudios de Rafael Arévalo en Sevilla y de Ángel Asenjo en Málaga; este último además realizó la labor de coordinación general del proyecto y de obras. En el momento que se promovió este conjunto de viviendas, oficinas y locales, a mediados de los años setenta en plena “crisis del petróleo”, resultó ser el proyecto residencial de mayor envergadura de Málaga.
El volumen edificado lo conforman cinco bloques adosados en forma de anillo que dejan un gran vacío interior que da acceso al conjunto, cualificado por una estructura espacial a modo de lucernario y una singular escalera que conecta con el nivel bajo rasante. El proyecto desarrolla una composición volumétrica cambiante y de gran variedad formal que se singulariza en el paisaje marítimo por su homogénea epidermis exterior resuelta con piedra caliza en diálogo con el aluminio y el cristal. Las geometrías acusadas de abundantes quiebros y planos achaflanados y el empleo de cuerpos volados otorgan al Edifico Horizonte una marcada resonancia brutalista.
